La autoestima la podríamos definir como la valoración que hacemos sobre la valía que tenemos y que esta basada en todos los pensamientos, sentimientos, sensaciones y experiencias que sobre nosotros mismos hemos ido recogiendo durante nuestra vida.
Cuando realizamos algún hecho o actuamos de una manera que creemos que es la correcta, automáticamente el nivel de autoestima aumenta y cuando sentimos que nos hemos comportado de una manera incorrecta, nuestra autoestima se queda dañada. Todo esto nos indica que la persona no nace con un concepto fijo y estático de lo que es, sino que éste se va formando y desarrollando progresivamente en función de muchas variables como son: rasgos de personalidad, necesidades psicológicas, educación familiar……
Según una persona va creciendo, va desarrollando una serie de que le ayudan a dar un sentido a sí mismo, al mundo y a lo que le rodea. Éstas fórmulas determinan cómo va a clasificar lo que la persona percibe y observa y con el paso del tiempo y por el aprendizaje, acaba asociando casi automáticamente ciertas situaciones a unas características concretas. Por ejemplo: olor a café——-momento de tranquilidad; ya sea porque es la hora del desayuno o de después de comer o de descanso en el trabajo, pero en la mayoría de las ocasiones cuando hemos olido café, hemos tenido a continuación un periodo breve de descanso o tranquilidad. Esta asociación se ha producido tantas veces, que al final simplemente con mencionar la palabra café ya se asocia un momento de bienestar.
Sin embargo, como se ha mencionado anteriormente, existen unas necesidades psicológicas universales en todas las personas, que necesitamos cubrir para tener una buena salud psicológica y que pueden marcar decisivamente las normas por las que clasificamos la información.